Resultados que hablan por sí solos
Por Ivan Hansen, @ivanDKnito
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scrum, mejora continua, coraje
Contexto
Con un par de años encima sobre desarrollo de software y porque podía compilar mil líneas de código pensaba que sabía todo, llegue a una empresa donde facturaban mucho y gestionaban poco. Tenía mi “jefe superior al mando” al que no le importaba que nos sentemos a estudiar sobre metodologías Agiles para mejorar nuestra forma de trabajo.
Desafío
Triste de escuchar cosas como:
Eso que vos querés cambiar es algo que nos resultó bien por décadas.
Veo más para perder que para ganar con eso de entregas tempranas.
Un día mi jefe me dijo: "Cuando tenía tu edad lo vi a Yourdon en una conferencia en Europa, yo ya pasé por lo que vos me estas planteando. Sos chico, más adelante me vas a entender."
Cada día se incrementaba el desafío de seguir motivando mi espíritu de cambio.
Solución
Hasta que una tarde decidí implementar Scrum en mi equipo, -Total, no saben que es, así que no se van a dar cuenta - me dije a mi mismo y largó la planificación de la iteración. Después de un mes, y cuando todo el mundo se preguntaba -¿Qué hacen los siete locos esos parados en ronda con una pelota de tenis pasándosela unos a otros? (daily meeting + un token) y sumado que invitamos a un cliente a la Revisión sin hacerle saber al gerente, tuve que gritar ¡Estamos usando Scrum!.
El segundo cliente que llego a la empresa me preguntó: "¿Cambiaron la gerencia o que paso? Digo porque ahora nos invitan a ver lo que están haciendo".
Después que termino la Revisión, feedback recibido, y pactos a futuro establecidos,el cliente se fue maravillado.
Al día siguiente me llamaron de la oficina de la gerencia general. En ese momento pensé: "¡listo! hasta aquí llegue, ni un año tengo en la empresa y voy a tener que buscar otro trabajo". El gerente general y el responsable del área de desarrollo me dijeron: "Bueno Hansen, ya que usted se hace el moderno y tecnólogo .. veamos si puede hacer lo mismo con Gonzales, nuestro cliente mas grande". Esto tenía doble desafío, por un lado se trataba del cliente más grande de la empresa y al mismo tiempo el contrato estaba a punto de cancelarse. Vi esta situación como una gran oportunidad, tan en lo personal como también para todos los equipos de desarrollo de la empresa: si esto salía bien podíamos cambiar nuestro ambiente de trabajo y dejar de gastar en encuadernar millones de casos de uso en folios numerados. El problema de raíz de Gonzales era que nadie entendía su negocio y ello naturalmente dificultaba el involucramiento del equipo. Al afrontar el proyecto como un equipo con Gonzales trabajando a nuestro lado codo a codo pudimos alcanzar nuestro objetivo y sacar el proyecto adelante.
Conclusión
Logramos cambiar nuestra forma de trabajo no por caprichos ni por ser modernos, sino por el simple hecho de querer mejorar nuestro trabajo diario, apostar a mejorar cada día, arriesgando, equivocándonos y compartiendo. La magia de cualquier cualquier método es que los resultados y mejoras están a la vista de todos y a corto plazo y no hace falta demostrar ningún teorema, solo animarse.
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